Chapter: 4

Raíces históricas

Arquitectura megalítica

La ocupación humana en el territorio de A Costa da Morte es mucho más antigua que la datación que aportaron los pocos útiles líticos que se descubrieron en lugares como la laguna de Alcaián (Coristanco) o Baldaio (Carballo). La humedad y acidez del suelo, como en casi toda Galicia, no permite la conservación de restos óseos por mucho tiempo.

La primera cultura de la que disponemos restos arqueológicos abundantes es la megalítica, que tiene su datación más antigua a comienzos del IV milenio a. C., cronología que los investigadores atribuyen a los primeros dólmenes como el de Dombate antiguo.

Su nombre procede de las palabras griegas megas (grande) y lithos (piedra). Sus restos están formados por una estructura pétrea popularmente conocida como anta o arca, y también dolmen, palabra que en bretón significa “mesa grande de piedra”. El túmulo de tierra, a veces reforzado con una coraza de piedra, que rodea esta estructura pétrea se conoce popularmente como mámoa, medoña o medorra.

La forma más habitual de las mámoas es la circular o la ovalada y su diámetro oscila entre los 10 y 30 metros. Su elevación sobre el terreno varía entre uno y tres metros. Muchas de las mámoas que ocultan en su interior la anta, debido a la erosión sufrida por el paso del tiempo o por la acción humana, dejaron a cielo abierto parte de la estructura de la cámara sepulcral, es decir, los dólmenes que vemos en la actualidad. No obstante, en la mayoría de los casos, lo que percibimos es el túmulo térreo, con una concavidad en la parte superior, que se produjo al intentar extraer las piedras de las cámaras para darle un nuevo uso o con la finalidad de hacerse con un hipotético tesoro, claramente inexistente, pero presente en el ideario popular, sobre todo desde comienzos del siglo XVII, cuando el rey Felipe III le concedió una célula al licenciado Vázquez de Orxas para abrir los túmulos y retirar de ellos esos posibles tesoros. Esto motivó que la mayoría de las mámoas sufrieran agresiones. Estas aún continúan en la actualidad a pesar de estar perseguidas por la ley. La construcción de pistas de la parcelaria y de otras vías de comunicación, así como las labores agrícolas y forestales, fueron la causa de la desaparición de buena parte de este valioso patrimonio histórico. Con todo esto, en A Costa da Morte, hay catalogados más de 600 yacimientos megalíticos entre mámoas y dólmenes.

28. Mámoa Do Seixo (touriñán, Muxía)
Mámoa do Seixo (Touriñán, Muxía)

Dentro del largo período que se mantuvo la cultura megalítica, se distinguen varias etapas o fases, según la tipología de los monumentos. Siguiendo al arqueólogo Antón Rodríguez Casal, diferenciamos tres:

Una fase inicial, que comprendería aproximadamente desde el año 3500 a. C. hasta el 3000 a. C., cuando se construyeron las antas más simples con cámara única, de forma poligonal o subcircular, cerrada. Un ejemplo de ellas sería la de Dombate antiguo. Le seguiría una fase intermedia, que se corresponde con el momento de expansión de este tipo de arquitectura funeraria, en la que se levantaron monumentos de mayores dimensiones y con corredor de entrada orientado hacia el este. Abarcaría aproximadamente desde el año 3000 a. C. hasta el 2500 a. C. Fue durante esta fase cuando se construyeron las antas más importantes de A Costa da Morte: Dombate (Borneiro, Cabana de Bergantiños), Pedra da Arca (Cerqueda, Malpica), Pedra da Arca o Casa dos Mouros (Baíñas, Vimianzo), Pedra Cuberta (Treos, Vimianzo), Arca da Piosa (Muíño, Zas), Pedra Vixía (Lamas, Zas), Mina da Parxubeira (Eirón, Mazaricos), Pedra Moura (Aldemunde, Carballo) o Pedra Embarrada (Ferreira, Coristanco).

Por último estaría la denominada fase final, que comprendería desde el año 2500 a. C. hasta el 2000 a. C., caracterizada por la construcción de antas de forma cuadrada o rectangular con una única cubierta. Un ejemplo de este tipo serían la Casota de Freán (Berdoias, Vimianzo) o la Fornela dos Mouros (Nande, Laxe), que serían los últimos monumentos de este tipo de enterramiento colectivo. Luego fueron sustituidos por estructuras más pequeñas, denominadas cistas, de enterramiento individual, como la que se descubrió en Taraio (Cerqueda, Malpica), actualmente en el Museo Arqueológico e Histórico de O Castelo de Santo Antón de A Coruña.

29. Dolmen Da Arca Da Piosa (muíño, Zas)
Dolmen da Arca da Piosa (Muíño, Zas)

Además de los dólmenes y mámoas, también se incluyen en este período megalítico otras construcciones, como las pedras fitas o menhires y los círculos líticos o crómlech. En el ayuntamiento de A Laracha se conserva el menhir do Marco da Anta, en la parroquia de Erboedo, que alcanza una altura de 2,05 m y su base mide unos 74 cm de circunferencia. El arqueólogo Luis Monteagudo ya lo dio a conocer en el año 1950. Hay otra pedra fita o menhir situado en el monte Nariga, en los límites de los ayuntamientos de Malpica y Ponteceso, denominado O Fuso da Moura, que mide 2,5 m de alto y unos 40 cm por cada cara en la parte intermedia.

En cuanto a la existencia de círculos líticos, hay referencia de algunos de ellos en este territorio. El más conocido es el de A Eira das Meigas de monte Neme, pero no se conserva el original. Hay una réplica cerca de donde estaba el anterior.

Esta cultura megalítica surge en un momento en el que se producen una serie de cambios en los grupos sociales primitivos que habitaban este territorio, coincidiendo con el período Neolítico, tales como la aparición de la práctica de la agricultura y de la ganadería, la invención de nuevos útiles de piedra pulida o el uso de la cerámica, innovaciones que conducirán a las primeras formas de un sedentarismo progresivo. Estos cambios de tipo económico y social llevaron a una modificación del sentir religioso que se manifiesta en una creciente preocupación por la vida de ultratumba, que explicaría el motivo de la construcción de todos estos monumentos funerarios existentes en todo el territorio de A Costa da Morte, y en el resto de Galicia.

31. Pedra Fita Ou Menhir Do Marco Da Anta (erboedo, A Laracha)
Pedra Fita ou menhir do Marco da Anta (Erboedo, A Laracha)

Disponemos de muy poca información de cómo era la vida de estas comunidades que habitaron nuestro territorio hace más de 4000 años y que nos legaron toda esta arquitectura megalítica. No conservamos restos de sus poblados, seguramente construidos con materiales perecederos por su manera de vida seminómada y que practicarían un pastoreo trashumante y una agricultura itinerante.

La existencia de numerosas mámoas en toda esta región geográfica, más la cantidad de ellas que se destruyeron y no llegaron a nosotros, nos inducen a pensar en una población bastante numerosa, dispersa por el territorio y agrupada en clanes familiares, que ocuparían áreas concretas, en las que los túmulos actuarían como elementos de cohesión del grupo y de dominio del espacio en el que habitaban.

El hecho de que estos monumentos funerarios fueran de enterramiento colectivo indicaría la existencia de una sociedad sin una estratificación clara, no obstante, para levantar las grandes antas serían necesarios grupos jerarquizados con una cierta clase dirigente. Esto también explicaría las diferencias entre los restos encontrados. Tanto el transporte de las grandes losas que forman la cámara desde el lugar de origen como la propia construcción del monumento precisaría de grupos numerosos.

32.imaxes Da Posible Construción Dun Dolmen (wikipedia)
Imaxes da posible construción dun dolmen (Wikipedia)

El transporte de esas moles pétreas se haría a base de tiro de personas y animales, bien por un sistema de arrastre o utilizando troncos con forma de rollos. Una vez transportadas las piedras, se cavaban los hoyos para colocar los esteos o ortoestatos de la cámara y del corredor, calzándolos con piedras menudas; luego se levantaba el túmulo de tierra, llenando también el interior de la cámara. El propio túmulo hacía de rampa para arrastrar la tampa o cubierta de la construcción. Finalmente se extraía la tierra del interior para dejarlo libre y llevar a cabo los enterramientos.

Los materiales encontrados dentro o en los exteriores de las antas son más bien escasos. Esta pobreza de objetos podría deberse a los continuos saqueos sufridos a lo largo del tiempo, a las pocas excavaciones que aún se realizaron, pero también a la mala conservación de muchos de los monumentos. Entre los objetos encontrados estarían: pequeños útiles de piedra lascada, como cuchillos o puntas de flecha; otros de piedra pulida, como machados o azuelas. Adornos y objetos de culto, indicativos de riqueza o distinción social, como cuentas de collar o idoliños. Son muy abundantes los restos de cerámica, desde formas convexas simples y abiertas hasta las piezas de paredes verticales y formas cerradas o rectas sencillas. Hay cerámica impresa, acanalada, incisa o de tipo campaniforme.

En el interior de algunos dólmenes también aparecieron grabados en algunas losas, de difícil significación como ocurre con la figura denominada The Ting de Dombate o en el dolmen de Pedra Embarrada, de Coristanco. En otros, como en Pedra Cuberta, Casa dos Mouros o en Dombate, se encontraron restos de pintura de color rojo, negro o blanco.

Entre todas las grandes antas o dólmenes que hay en A Costa da Morte destaca el de Dombate, conocido también como la “catedral de las antas gallegas”, excavado por el arqueólogo José M.ª Bello entre 1987 y 1989, en el que entre otros descubrimientos, destacan las pinturas de las losas de la cámara y del corredor, distribuidas en registros horizontales, la aparición dentro de la masa tumular de otro monumento anterior, el denominado “Dombate antigo” y el conjunto de veinte idoliños, encontrados a la entrada del corredor.

Después de permanecer todo el yacimiento durante más de veinte años cubierto con una lona plástica o a la intemperie, en el año 2011 se cubrió con una estructura de madera y vidrio para proteger las pinturas. También se construyó un centro de interpretación y recepción de visitantes. Este monumento recibe unos 30.000 visitantes al año.

La arquitectura megalítica representa uno de los principales activos turísticos de A Costa da Morte, por tal motivo conviene cuidarla y ponerla en valor. En el año 2003 el gobierno de la Xunta de Galicia aprobó el proyecto de la creación del Parque Megalítico da Costa da Morte con esa finalidad, pero desde entonces permaneció en el olvido. En estos últimos años la diputación provincial de A Coruña, propietaria del dolmen de Dombate, se está interesando por recuperar aquella iniciativa con la colaboración de aquellos ayuntamientos que disponen de monumentos de esta época. Estaría bien que todas las administraciones se pusiesen de acuerdo y sacaran este proyecto adelante lo antes posible.


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