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RUTAS EN COCHE – RUTA 3, RUTAS PARA CONOCER A COSTA DA MORTE

Chapter: 6

RUTAS EN COCHE – RUTA 3, RUTAS PARA CONOCER A COSTA DA MORTE

Villa de Malpica de Bergantiños

133. Vila De Malpica A Comezos Do S. Xx (arquivo Vidal)
Vila de Malpica a comezos do s. XX (Arquivo Vidal)

Historia

La villa de Malpica nació al amparo del monte de A Atalaia como un pequeño puerto pesquero vinculado a la pesca de la ballena, igual que pasó con Caión o Camelle. Vascos y asturianos eran los que acudían a esta costa en tiempo de invierno a la caza de estos cetáceos, que aprovechaban para hacer aceite. A mediados del siglo XVI hace referencia a este tipo de pesca el licenciado Molina de la que recoge: “Es pesca de gran provecho porque de un baleato, aunque sea pequeño, se sacan dos arrobas o cántaras de aceite, que sirve para todo el que se aprovecha el de olivo, excepto para comer”.

A comienzos del siglo siguiente el Cardenal del Hoyo, nos aporta más datos sobre esta misma actividad: “Esta villa es el puerto donde se pescan más ballenas de todos los demás de Galicia. Se pescan cada año siete u ocho ballenas, dos más o menos, arrendan a los vizcaínos, que son los que las pescan; al arzobispo le pagan cada año siete mil maravedís de renta fija”.

A partir del siglo XVIII, la pesca de la ballena perdió importancia y será sustituida por la sardina y congrio. El ilustrado José Lucas Labrada, nos comenta que en este puerto, de entrada peligrosa, se pescan cada año unos dos mil millares de sardinas, 250 quintales de congrio y tres mil de merluza, exportándose también unos mil ferrados de cebollas.

Malpica, igual que Caión, eran puertos de difícil entrada, sobre todo con mar picado. Esas condiciones naturales adversas determinaron que Malpica fuera siempre un puerto exclusivamente pesquero. El ilustrado José Cornide ya nos lo advierte en el siglo XVIII.

“Antes de montar esta punta [de A Atalaia] está el puerto de Malpica, que está sobre roca con solo cuatro brazas de agua; por lo que solo pueden entrar barcos pescadores en lo que abunda”.

Los marineros malpicanos siempre se tuvieron que enfrentar a este mar belicoso que bate con fuerza contra A Plancha y rompe también contra los acantilados de la playa que hacía de embarcadero, por eso durante el invierno había que subir a través de una rampa las embarcaciones para la calle principal.

El escritor andaluz José Mas, autor de la novela La Costa de la Muerte (1928), ambientada en la villa malpicana, se refiere a esta situación: “Y las lanchas estaban allí, todas alineadas graciosamente en una calle marinera y en forma de rampa que resbalaba con suavidad hasta desaparecer en aquella especie de ensenada”. También se puede apreciar en las fotografías de aquella época.

La mayor aspiración de los malpicanos fue siempre conseguir protección para su flota pesquera. Las primeras obras portuarias que se realizaron fueron las del murallón y la rampa, costeadas por el benefactor Anselmo Villar Amigo (1850-1918), quien hiciera fortuna en la Argentina. Durante la II república se iniciaron los primeros trabajos de protección del puerto, obras que se vieron interrumpidas con el estallido de la Guerra Civil y no tendrán continuidad hasta los años cincuenta, que fue cuando se amplió el dique y se construyó la dársena. Después, por los años setenta y siguientes, se seguirá ampliando el dique y a mejorar las infraestructuras portuarias.

134.praza De Anselmo Villar
Praza de Anselmo Villar

Por los años veinte del pasado siglo, Malpica tenía alrededor de los mil habitantes, y su núcleo se extendía al sur del monte de A Atalaia y a través del istmo que une la pequeña península con el continente. Había escuela de niños y niñas, puesto de carabineros, dos sociedades recreativas, varios establecimientos comerciales y servicio de carruajes. La luz eléctrica no llegará hasta 1928.

Esta Malpica de calles estrechas y sinuosas conservaba una gran armonía en sus construcciones, con casas de una sola planta o de dos, con paredes de granito y cubiertas con teja del país, algunas con balcón o galería.

A partir de los años sesenta del pasado siglo, aquella Malpica tradicional comenzará a sufrir una profunda transformación urbanística que alterará por completo aquella armonía de tiempos pasados. A pesar de esta grave modificación sin el mínimo respeto a la arquitectura tradicional, el ambiente marinero de este puerto, su singular enclave y el colorido de sus embarcaciones, resultan atractivos para los visitantes.

Ruta a pie por la villa

135. Porto De Malpica
Porto de Malpica

Comenzaremos la visita a esta villa en el puerto, el lugar más apropiado para estacionar el vehículo. Dependiendo de la hora de llegada el trabajo portuario varía, dando un paseo por el muelle observaremos la actividad pesquera que nos coincida; si tenemos la suerte de que haya faena en la lonja, entraremos a verla y conocer las diferentes clases de pescado que se subastan y el ambiente marinero que se percibe dentro y fuera de la lonja. Después de recorrer la explanada del muelle subimos a la plaza de O Cruceiro y desde allí por la calle Tío Paz dirigirnos al Mirador desde el que contemplamos una hermosa vista de toda la ensenada portuaria. A nuestros pies, la dársena, que acoge las embarcaciones de menor tamaño; más a lo lejos, el barrio nuevo de O Camiño do Río, que va ascendiendo hacia la capilla de As Neves o de Santo Antón, también distinguimos la ensenada del puerto con las embarcaciones de mayor tamaño y la costa escarpada en la que rompe el mar. Volvemos a la plaza de O Cruceiro y continuamos por la calle Eduardo Vila Fano, que lleva el nombre del ingeniero que elaboró el proyecto del primer dique de abrigo para este puerto, por la que continuamos hasta la plaza de Anselmo Villar, considerada como el centro de la villa. Aquí vemos A Fonte de Abaixo, donada por este filántropo malpicano e inaugurada en 1897 a la que se le incorporó su busto en 1957. Desde aquí a través de la calle Praia nos dirigimos a la playa de Area Maior, un extenso arenal, lleno de bañistas en temporada de verano. Tenemos la oportunidad de recorrerla caminando por el paseo que la bordea y, al mismo tiempo, contemplar la magnífica panorámica sobre el cabo de Santo Adrián y las islas Sisargas. 

136. Praia De Area Maior De Malpica
Praia de Area Maior de Malpica

Volvemos de nuevo a la plaza de Anselmo Villar y nos dirigimos hacia A Casa do Pescador, construida en el año 1956 sobre la rampa que bajaba al puerto. En su interior se conservan varias obras del pintor surrealista coruñés Urbano Lugrís González (1908?-1973), al que se le encargó el diseño de decoración del edificio. En el bar de la planta baja podemos ver una Rosa de los vientos, copia de la pintada por Lugrís para uno de sus murales. En O Fogar do Pensionista (piso 1º) y en el 2º se exponen varias obras de este importante pintor: dos trípticos con imágenes de santos, la Rosa de los Vientos, Balea, Profundidad Marina o las islas Sisargas desde Malpica.

A a salida de A Casa do Pescador cogemos de nuevo hacia el puerto, pero de esta vez por la zona sur. Al poco de salir encontramos la escultura de una cola de ballena, obra del artista Miguel Couto, inspirada en la Balea de Lugrís. Bordeamos la dársena y regresamos al lugar de inicio de la ruta.

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